Mi carta de viaje N° 13

San Sebastián de la Gomera, 14 de diciembre 1999

Queridos Amigos:

-- ¿Recordáis mi carta N° 12, desde Fuerteventura de fecha 14 de febrero 1999? ¡Ya hace mucho tiempo! Sí, trataba del museo de Unamuno y del pequeño restaurante de pescado que me recomendó la señora de la oficina del turismo que me puso casi triste. -- ¿Porqué no escribiste?
Era también la isla donde me rompí la muñeca, lo que me molestaba por su yeso pesado e incómodo. Eso se repuso bien porque en el verano, estuve de nuevo de obrero de sol al sol para acabar con el nuevo apartamento en la casita de Ghislaine en Francia, que había construido el año pasado. Esta vez carpintear y pintar.

Me gustan estos trabajos, pero a fin de cuentas me dejaron un regusto ambivalente. Ya me había dado cuenta antes, pero después del exigente proyecto local para el otoño, esto se hizo más claro aún. Lo que más echaba de menos eran mis actividades como "street observer" de mi ambiente y describirlo --o más-- parafrasearlo. Sin embargo, el proyecto para la Gomera era realmente interesante, importante, útil etcétera. Os lo explicaré. Pero sencillamente no cumplía mis deseos más íntimos. Total: Lo que me han enseñado los desvíos del último año y medio queda muy claro:

-- "No te vuelvas a dejar llevar por esos proyectos que no son de tu corazón de hoy día. No recaigas en las destrezas y aptitudes de tu segunda edad con su aplauso fácil. No es tu vía. Tienes otra vocación. ¡Síguela!"

Y así volví a reanudar mi viaje por enésima vez: "Caminante, no hay camino ..... ", la cita famosa de Antonio Machado.

Ya hablé en mi última carta del proyecto aquí en La Gomera. Ya durante la primavera, hice una propuesta con textos de fondo sobre los orígenes científicos del taller de creatividad: "Realiza tus sueños en la vida social". Nuestra propuesta aceptada, Ghislaine y yo volvimos desde Francia para dar este taller en Agosto. ¡Y con éxito!, lo que tuvo como consecuencia que, desde mi vuelta en octubre, escribí manuales detallados, como un guión de película, para los nuevos animadores. ¡Más que cien páginas y unas cien transparencias! El segundo taller, para completar su formación estaba previsto para noviembre. Todo imprimido para distribuir y ya puesto en una página Web para que pueda consultarlo todo el mundo.

El proyecto es de gran importancia para la cohesión social de La Isla amenazada por la venida del turismo en masa. Por eso, un grupo de personas preocupadas por esta desintegración han visto el valor de este taller y nos han ayudado con la traducción de estas ideas del extranjero, tan extrañas, incluso exóticas, pero tan humanas y normales por otro lado. Para ellas el proyecto forma parte de otras medidas preventivas. La nuestra representa el acercamiento apuntado al individuo: Fortalecer, reencontrar, incluso engendrar una actitud "empresarial" individual. También para reencontrar su vitalidad frente a un ambiente que está cambiando tan rápidamente que están perdiendo su coraje para intervenir activamente.

En este taller, a partir de las divisas: "De lo fantástico al empresariado" y "Soñar con tus pies sobre la tierra", utilizamos ampliamente los sueños guiados y dirigidos, que es la especialidad de Ghislaine, y el vocabulario de la vida empresarial, que es la mía. Todo para abrir la mente a una fantasía rica y práctica apuntada a una acción individual implantada en su ambiente social. Ya desde hace muchos años hemos desarrollado juntos muchas formas integradas de estos principios básicos y nos dirigíamos desde a jóvenes hasta a juntas de grandes empresas. Aparte de mi conclusión para mi propio futuro, era, para mí, un proyecto muy estimulante e interesante por su importancia para La Isla, por el reto de transferirlo de nuevo a otra cultura y, lo que no es menos, por la cooperación con gomeros que están, como yo, preocupados por el bienestar social de La Gomera.

Este año me acordé otra vez del autor de esta cita famosa preditado de la que ya hice hace muchos años mi divisa, mi lema. Tomé la oportunidad de visitar su tumba en Francia adonde huyó en 1936 Antonio Machado como tantos otros españoles. Durante mi regreso en España en Octubre, interrumpí mi viaje con el Talgo desde Béziers a Barcelona en la última parada en Francia. Era la población de Cerbère, lo que es curiosamente el nombre del perro guardián del infierno en la mitología antigua. Por esta estación pasaron miles de españoles en estos meses críticos de 1936. Al otro lado de la frontera está la última estación española, la población de Port Bou, que signifique puerto bonito en antiguo catelan, como me explicó mi profesora. (No buey, que signifique bou en catelan moderno). Eso también es un nombre citado con frecuencia en los relatos de los fugitivos porque muchos debieron hacer esta distancia a pie andando secretamente y con equipaje mínimo.

Así llegó probablemente también Antonio Machado. No es claro si él fue acompañando a su madre que había cumplido 82 años y que nació, como Antonio, en Sevilla. No lo sé, pero lo seguro es que en su losa sepulcral se inscribieron dos nombres: El suyo, fallecido en Coullioure el día 22 de noviembre 1939 y de Ana Ruiz, madre del poeta, fallecido con fecha tres días más tarde. No voy a dejarme llevar por mis imágenes fantaseadas sobre los detalles de los últimos años de los dos españoles exiliados, muy lejos de su país emocional, la Andalucía. Recuerdo las primeras frases de su poema Retrato:
Mi infancia son recuerdos de un patio de Sevilla
Y un huerto claro donde madura el limonero...

Sobre la losa sepulcral hay otra lápida con la siguiente cita, la última estrofa de la misma poema Retrato.
Y cuando llegue el día de mi último viaje,
y esté al partir la nave que nunca ha de tornar,
me encontraréis a bordo, ligero de equipaje,
casi desnudo, como, los hijos de la mar.

Llegué a Cerbère por la tarde y pasé la noche en un hotel. A la mañana siguiente, tomé el tren a Coullioure, que está a unos 15 kilometres al Este. Pasé el día en esta ciudad que se hizo un centro cultural y artístico después por su inyección intelectual y artística en 1936. Tomé fotos de la tumba. Volví a la ciudad para visitarla turísticamente pero volví a la tumba algunos veces: No pudía disfrutar bastante de esta ocasión.

En un restaurante muy lleno, comparté la mesita con una pareja de EEUU, que se habían liberado de su crucero para visitar ésta ciudad. Les exliqué que estábamos en Francia.

-- "¿Qué es verdaderamente interesante en este lugar?" me preguntó la señora en un tono aburrido.

-- "Para mí es un peregrinaje a un poeta español que conocí hace unos veinticinco años"

Continué con mis recuerdos de Antonio Machado citando unas frases. Acabamos por visitar la tumba juntos. Tomaron fotos y se promitieron leer más de Machado a la vuelta "back home".

-- "Muchas gracias", me dijo el señor más tarde para despedirse, "Hemos aprendido mucho de este país".

-- "¿España non?"

-- "Estamos en Francia" les dije, para corregirlo.

Volví en Cerbère por la noche, para retomar mi viaje a Barcelona y La Gomera el día siguiente. Para mi profesora, procedente de esta región, es una zona mágica. Muy cerca de Port Bou está Cadaques, otro lugar mágico, dijo ella, donde vivió Salvador Dalí que llamó la estación de Perpignan el centro mágico del mundo. Al contrario de la zona fronteriza del país vasco, es muy pelada, no hay mucho vegetación para escondirse. Volveré para conocer más esta zona, no solamente para su atmósfera mágica. Haré a pied la ruta desde Port Bou a Cerbère y, como no, con mi maleta, para conmemorar los fugitivos de aquel entonces, incluido Antonio y su madre. Para sentir en mí mismo lo que es entrar en un país extranjero, posiblemente hostil y guardado por el perro mitológico. Os relataré de mis vivencias en buen momento.

Os saludo, Gérard



© 1999 G.H.A. van Eyk, escritor itinerante.